Descripción
Altos y frondosos árboles crean un verdadero santuario espiritual. Es un templo que nos conecta con lo más puro y sagrado de nosotros mismos. Recuerda la conexión con la madre naturaleza como un regreso al hogar, al paraíso. Todo y todos estamos unidos, entrelazados, creando un gran templo de árboles maestros de luz compartiendo en común unión nuestra vibración, color, con energía amorosa y sanadora. Un abrazo común que acoge, cuida y protege el corazón crístico que es tu niño interior.
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